jueves, 22 de enero de 2009

Raices evolutivas del Conocimiento

No hay registro demostrable sobre los sucesos del primer encuentro entre un ser elemental del mundo orgánico: eucariota, multicelular y un representante cualquiera del mundo inorgánico: un grano de arena por ejemplo. Lo que suceda entre los dos entes será siempre discutible. Pero en tanto en cuanto se respete lo que sabemos de la vida primigenia y de la evolución podremos intentar una descripción. No interesa una descripción biológica, si una relación del suceso desde el punto de vista de la génesis del conocimiento. Es lo que hago a continuación en el experimento teórico que examino.

Es un encuentro azaroso. La arena inmóvil e inerte. La forma de vida llega a las proximidades traída por el viento o el agua u otro agente independiente que cumple de facilitador.

Esta forma de vida muy, pero muy elemental, a la que denominaré Bio no tiene capacidad de moverse, apenas si ha desarrollado sus habilidades reproductivas cuando sus células memorizaron un programa de acciones o código genético. Su apetito es directo, guiado por la necesidad de nutrirse. No es hambre en el sentido tradicional que conocemos, es mas bien una carencia. Sus escasas células requieren proteínas, aminoácidos, nutrientes, etc. constantemente, elementos que encuentra y satisface de manera casual en el rico caldo de cultivo, su medio vital. Ya en ocasiones anteriores y similares ha sucedido que un contacto ha sido provechoso. Sus apetencias fueron atendidas por esa vía.

Bio, en movimiento errático, cubre la arena con su diminuto cuerpo pero sus células siguen inquietas, no se aplacan. No lo saben de inmediato pero después de muchos fracasos ya sabrán que la arena no es asimilable. Para que esta información resulte útil en el futuro será necesario que alguna célula logre registrar la información, cosa que en algun momento sucede.
Bio
continua sus movimientos aleatorios de modo que consigue aproximarse a otros gránulos que, ahora si, resultan provechosos. Los absorbe a través del citoplasma de sus ávidas células. Otras células registraron el éxito para utilizar la información en nuevas oportunidades. Los gránulos ya son parte de su composición. Ha habido una fusión vital.

En la descripción anterior, que no pretende ser exacta sino indicativa de los sucesos que de un modo u otro deben haber sucedido, mas tarde o mas temprano, en uno u otro orden, hay información provechosa para nuestra indagación. Detallemos:

1.- Es importante tener presente que antes de iniciar la experiencia Bio desarrolló un sistema de memoria y que lo usa en todas sus células para guardar información reproductiva. Guardar la información requiere de una manera ordenada de registro de datos, que el ya sabe hacerlo.

2.- Bio necesita nutrientes ahora, pero también los necesitó ayer y antes de ayer. Esa necesidad periódica terminará por memorizarse en sus células como una carencia para convertirse, tiempo después, en una sensación identificable de hambre. La memorización posiblemente aproveche que ya tiene un sistema de registro de datos y lo adapte. La evolución nos enseña que la vida muta, que se caracteriza por una serie continua de cambios, que raras veces duplica lo que ya resolvió.
Creo que así debieron haberse formado las primeras neuronas o células especializadas, con la misión de registrar necesidades vitales, distinguir que le nutre a Bio, que no, y descartar la arena y similares. La solución propuesta implica que las células normales usan su sistema de registro de datos de reproducción para, en su lugar, registrar datos de supervivencia diaria, sacrificando la información genética originalmente registrada allí. Por ello las neuronas no tienen código ADN. El motor del cambio sigue siendo la necesidad de sobrevivir, igual que en el caso de la reproducción. Que cierta células cambiaron la información de una clase para guardar los datos de otra necesidad de supervivencia es típico de la evolución de la vida. Es adaptación por mutación.

3.- Nuevas células se sumarán al proceso. Otras mutaciones se acomodarán para rechazar opciones de nutrientes nocivos, ya no solo para distinguir la arena de los alimentos. Expedito el camino, Bio lo seguirá usando para el registro de toda acción repetitiva necesaria en su lucha por sobrevivir

4.- Sigue el proceso. La vida nunca se detiene. Una nueva célula mutará su sistema de memoria para recordarle a Bio que ya absorbió suficiente. Las células ahitas secretaran como rebose algún elemento básico fruto de su saciamiento, el cual será una protosensación de agrado. Como contra parte, ya hubo una protosensación de frustración propiciada por el intento fallido de alimentarse con un gránulo inerte. Ambos, agrado y frustración se identificarán, con el tiempo, con ciertos elementos químico que inundarán a Bio.

5.- Al conjunto de datos guardados que tienen representatividad y que le servirán a Bio para rememorar las experiencias de reconocer nutrientes, aprovecharlos y satisfacerse o frustrarse los trataré como un primer nivel de conocimiento animal. Al camino que han seguido los sucesos afectando las neuronas denominaré rastro neuronal. A los elementos responsable del estado de satisfacción o frustración los consideraré como inducción química.

Un rastro es una ruta neuronal, mayormente sináptica, que guarda la información del recorrido inicial que una experiencia sensorial deja gravada en las células. Es la gravación de una experiencia que puede ser recordada por la simple activación de una de las células componentes.

6.- Generalizando, en seres mas evolucionados, dire que los rastros son un registro neuronal ordenado, memoria de la experiencia, que empieza desde la percepción sensorial. De tal manera que la activación de una de las neuronas reiniciara un recorrido por el rastro o un proceso de recuerdo de toda la experiencia que vuelve a representarse en la mente del actor como si estuviera reviviendo el acontecimiento. No es un proceso de alta precisión por lo que habrán fallas propias de las limitaciones del sistema. Sin embargo el recorrido constante del rastro lo afirma y perfecciona hasta convertirse en conocimiento estable, en aprendizaje.

A la teoría que nace de esta descripción la denomino "Teoría de los Rastros e Inducción Química.

Trabajando con rastros se pueden explicar los conocimientos del mundo animal que se originan en experiencias concretas, que se inician en su percepción por los sentidos, que luego se registran como recuerdos. Podría ser un camino muy largo si pretendiera explicar las distintas experiencias del mundo animal en su marcha hacia el mejoramiento de sus modos de vida, pero los datos estudiados ya hacen viable una abstracción que nos permite repetir el proceso, extrapolarlo y concluir la forma como se registraron los primeros conocimientos en el mundo animal.

La relación de otro experimento demostrativo, de un animal evolucionado, nos dará información adicional muy ilustrativa. Se trata de la experiencia de un cervatillo en Tandapi, en la selva ecuatoriana:

De pocas semanas de edad se atreve, por primera vez, a dejar el cubículo familiar. Atraído por la luz, el entorno verde, pleno de vida vegetal del cual se alimentan sus padres, el espacio amplio para cabriolar, la curiosidad, el olor a frescura. Se aleja mas y mas confiado y alegre. Súbitamente percibe un aliento jadeante, un gruñido atroz, desconocido, una fauces abiertas babeantes esgrimen temibles colmillos. Un terrible enorme animal se le viene feroz. El temor y el espanto ponen alas a sus pequeñas patitas, corre y corre por su vida, hay que llegar al cubil, pero no puede evitar el zarpazo desgarrador en el lomo. Siente el dolor, la sangre que brota, el miedo cerval. Pero llegó, salvó la vida. Ya está en el seguro entorno hogareño, transido y nervioso. Cuando llega su madre, le mira amorosa, le mima, le lame su herida, le recuerda la paz anterior. Paulatinamente va sosegando su animo, un sopor oportuno invade su cuerpo.

Análisis de la experiencia:

Únicamente por razones didácticas voy a separar la experiencia sensorial en:

a) Rastros simples correspondientes a un solo sentido, distinguibles dentro del conjunto de rastros mediante un esfuerzo de aislamiento. Son la unidad del conocimiento sensorial.

b) Compuestos si están formados por la adición de varios simples. Son la mayoría

c) Complejos si traen consigo inducción química

Se debe notar que un mismo rastro puede adicionar otros rastros en forma instantánea o tiempo despúes cuando se lo recuerda. También puede agregar inducción química. Hay varios procesos en el hombre que analizaré en el futuro. Por la variopinta experiencia en que se desarrolla la vida casi todos empiezan siendo simples para derivar en compuestos o complejos. Dado que los simples se asocian con otros rapidamente es dificil recordarlos aislados. Pero se puede hacerlo.

El caminar hacia afuera vacilante, indeciso, antes de salir del cubil, es un rastro simple tactil.

El cervatillo es el sujeto de rastros compuestos cuando oye el jadeo, mira las fauces, mira el tamaño, oye un gruñido. Los varios rastros son: el de la mirada a la bestia, el del oido del jadeo, otro por la visión de las fauces, uno mas por el gruñido, etc. Cuando los recuerde vendrán todos juntos en tropel. Tendrá que esforzarse para distinguir las fauces o el jadeo, o el gruñido por separado del conjunto.

Cuando es victima del temor su organismo ya ha descargado adrenalina en el torrente sanguíneo proveyéndole de agresividad y energía. Es cuando el rastro compuesto causa una inducción química cambiando de rastro compuesto a complejo.

Si intenta salir del cubil nuevamente, el primer suceso similar a un rastro, el simple caminar hacia la puerta, activará la neurona correspondiente y se desatará la secuencia del conjunto de rastros rehaciendo las sinapsis originales de las neuronas sensitivas que participaron en la experiencia original. Lo que vio vuelve a presentarse, igual lo que oyó, lo que sintió, etc induciendo una nueva descarga del químico de causante de miedo. Pasará mucho tiempo para que vuelva a salir.

Al conjunto de rastros que han intervenido gravando y luego reviviendo la experiencia es a lo que llamamos conocimiento sensitivo válido para los animales incluido el hombre en ese aspecto.

Las referencias al comportamiento de las neuronas están avaladas por los experimentos que al respecto los hizo Libet hace 40 años, replicados y mejorados en muchos laboratorios en la actualidad.

Notas.-
1.- Es muy probable que algunos lectores critiquen la secuencia de hechos atribuidos a la experiencia o que no estén de acuerdo sobre el estado inicial de Bio. Lo que importa es que hay un registro de una experiencia. Si hay o no una mutación del sistema de ADN, tampoco es impugnación decisiva, porque lo innegable es que hay un registro memorístico basico.

2.- Hay rastros anímicos, también otros puramente intelectuales. Muy importantes son los rastros específicos del hombre que se graban entre el momento del nacimiento y los 12 años de edad en correspondencia a los estadios de desarrollo cognitivo de Jean Piaget. Están considerados en otro artículo de este blog: ¿Como Pensamos y Conocemos? pronto en circulación

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