martes, 24 de noviembre de 2009

Viaje a Estonia

A Galo en su despedida


En los campos de Alemania Galo, el caballero quiteño encontró a Ele su hermosa dulcinea.

Surgió el amor incontenible, a la vieja usanza, vino el casamiento en tierras neutrales de Dinamarca, la confirmación aquí y allá. Mas tarde vino el vástago testimonio, Martha la princesita. Para esos tiempos afincaban ya en esta ciudad de Quito de bello paisaje y aire maleado.


Ella es del norte, en donde las personas son iguales, frías y reflexivas. Recuerda con nostalgia que allí las garantías básicas son una realidad, prima el respeto mutuo, tranquiliza la seguridad imperante que deja a la policía en función decorativa; la educación se imparte para todos, sin preferencias pagadas; lo mismo se protege la salud de unos u otros en la certeza de que todos la necesitan de igual manera. La ley impera.


El es del centro de la tierra, esforzado e inteligente, imaginativo, diestro y adaptable. Maneja los espacios con sin par competencia. Sentimental y cariñoso. Hosco cuando sumido en avatares, cálido y justiciero, perfeccionista y organizado al estilo alemán, cultura que hizo suya por opción y decisión.


Tratan de adaptarse, luchan en los distintos aspectos que conforman la vida de pareja joven, ya se avizora el éxito profesional de ambos, y el bienestar económico.

Pero no es suficiente, el temor al asalto aleve, la desigualdad en el trato educacional, la salud convertida en negocio están siempre presentes, son el hilo de las conversaciones, son la bomba escondida que explota cuando les visita de ronda la muerte prematura. Concluyen que no es tierra de vida.


Deciden probar, en pareja, las posibilidades del norte. Ella se adelanta a preparar el terreno, el se queda a llenar alforjas. Ahora, ha llegado el tiempo, cual caballero amante le sigue deseoso de compartir el riesgo de vivir.


Lo que hace Galo es amor, es valentía, es responsabilidad.


Anda hijo mío a Estonia. Enséñales sobre nuestra cultura, nuestros valores, nuestras costumbres.


No te olvides de enseñarles a bailar porque de salsa y otros ritmos no saben nada.


Suerte: que si es mala, la enfrentes, que si buena la disfrutes.


Ve con Dios

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