lunes, 20 de septiembre de 2010

Aspectos psicológicos en la religión

Aspectos psicológicos en la religión

La religión nos facilita explicaciones dogmáticas para comprender ideas conflictivas, inasimilables de otra manera, como la inmortalidad, la eternidad, algunas terribles como el infierno y otras, no tan inmateriales, pero penosas, resumidas en los males del mundo real. A cambio de la aceptación de sus términos nos ofrece la asistencia consoladora de un ser superior que nos ayuda a capear la adversidad, a aceptar la vida, lo cual no es mas que una forma de alivio psicológico frente a la impotencia.

La religión puede verse en un enfoque positivo cuando le da apoyo a la vida diaria proclamando la bondad del amor, la tolerancia, la igualdad, la aceptación, la solidaridad, aboga por la perfección personal, por las virtudes que facilitan la vida privada y la convivencia social. Pero el objetivo mas importante es la oferta de una vida ulterior trascendente, de calidad superior, vida que debemos merecerla y ganarla como individuos en lucha contra las imperfecciones propias. En la esperanza de alcanzar este objetivo de felicidad eterna cualquier sacrificio que se haga en la vida ordinaria es inconveniente pasajero.

A sus muchas actividades encomiables la religión ha sumado una práctica reprochable. Aludo al uso del miedo como arma de convencimiento. El miedo, que es una reacción natural ante lo desconocido, no es intrínseco al mensaje religioso pero los hombres encargados de propagarlo lo han utilizado, seguramente de buena fe, con intenciones finales positivas, pero de manera amenazante. Lo usan todavía en algunos lugares.

Psicológicamente el miedo es una reacción anímica automática del hombre inseguro ante la percepción de un peligro frecuentemente representado por lo desconocido, sea real o imaginado, o por lo conocido, precisamente por eso. Afecta decisivamente el comportamiento de las personas, causa consecuencias psicosomáticas llevando a la victima a la postración, en contadas ocasiones a la muerte.

En la historia de las religiones el miedo ha desempeñado un papel determinante. Sin duda es el factor que mas ha influido en las decisiones que tomaron los hombres sobre la existencia de "otros mundos" y en la aceptación de Dios. Hubo tiempos en que se unieron, en alianza criticable, el poder temporal de gobernantes y la autoridad religiosa logrando que el miedo a experiencias concretas se fundiera con horrores supuestos. El pobre hombre, amenazado en todos los campos debía someterse al Rey y a Dios, en un mismo acto de temor y vasallaje.

Los argumentos filosóficos clásicos para demostrar la existencia de Dios y del llamado "otro mundo", no significaron una alternativa. Han estado reducidos a una élite intelectual capaz de entender ideas complejas expresadas en un lenguaje sofisticado. No representaron una alternativa al miedo. El amor a Dios si, teóricamente. Fue y es una opción, pero hay que recordar que el amor como todo sentimiento nace y se nutre de la experiencia, constituyendo lo que se llama amor mundano; este otro, divino, no cuenta con esa base, es originado en una abstracción etérea y vaporosa, que pocos la desarrollan y ha sido mas una idealización que un motor colectivo de comportamiento.

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